Cantabria, es una tierra de paisajes impresionantes y naturaleza en estado puro, que ofrece a los amantes del senderismo y la aventura un montón de rutas que no pueden faltar en su lista de experiencias. Desde Just Room os recomendamos 3: la subida al Monte La Picota en Liencres, la Senda Fluvial del Nansa y los Ojos del Diablo en Oriñón y Sonabia, estas rutas ofrecen un recorrido diverso que captura la esencia única de esta región del norte de España.
A tan solo 15 minutos de Santander, la subida al Monte La Picota, en Liencres es una experiencia para toda la familia. Con una altitud de 240 metros sobre el nivel del mar, este monte ofrece vistas espectaculares de la Desembocadura del Río Pas, el campo de golf del Abra del Pas, el Parque Natural de las Dunas de Liencres y la Playa de Valdearenas, una de las joyas de Cantabria.
La ruta, accesible desde dos puntos (Mortera y Pinares de Liencres), es apta para todos los niveles. La opción desde Mortera es una subida suave y bien señalizada, ideal para aquellos que prefieren un camino más relajado. Desde la cima, se pueden explorar las ruinas de un castillo del siglo XIII y disfrutar de impresionantes vistas panorámicas. Una sugerencia especial: programar la subida para disfrutar del atardecer desde La Picota, una experiencia mágica que vale la pena vivir.
En la localidad de Val de San Vicente, la Senda Fluvial del Nansa ofrece una experiencia tranquila y pintoresca para toda la familia. Este sendero de casi 7 kilómetros, que se extiende desde Muñorrodero hasta la Central Hidroeléctrica de Trascudia, sigue el margen del Río Nansa, rodeado de fresnos, sauces, hayedos y encinas.
La ruta, de baja dificultad y con apenas 50 metros de desnivel, es ideal para niños y aquellos que buscan una caminata relajada en plena naturaleza. Además de ser un lugar de importancia comunitaria y parte de la red de espacios protegidos de Cantabria, la Senda Fluvial del Nansa ofrece la oportunidad de admirar el estuario de la Ría de Tina Menor, donde el río Nansa desemboca en el Cantábrico.
En la zona más oriental de Cantabria, la ruta a los Ojos del Diablo ofrece una experiencia única en el Monte Candina. Esta ruta circular de 9 kilómetros incluye las playas de Oriñón y Sonabia, así como un tramo costero con vistas impresionantes. Los Ojos del Diablo, dos arcos sobre la Playa de Sonabia, son el punto culminante de la ruta y ofrecen una perspectiva única de la costa cántabra.
Con un desnivel acumulado de 538 metros, la ruta presenta ciertos desafíos, especialmente en el tramo costero que requiere algunas trepadas. Sin embargo, la recompensa de llegar a los Ojos del Diablo y disfrutar de las panorámicas hace que cada paso valga la pena.
En resumen, estas tres rutas en Cantabria ofrecen una variedad de paisajes y experiencias, desde las vistas panorámicas en lo alto de La Picota hasta la tranquilidad de la Senda Fluvial del Nansa y la aventura costera hacia los Ojos del Diablo. Cada ruta cuenta una historia única de esta hermosa región del norte de España, y explorarlas es sumergirse en la magia de Cantabria.
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